La tierra de Canaán y el derecho a la paz

Antonio C. Zurita- Director General del FAMSI

La tierra de Canaán, filisteos, asirios, egipcios, hebreos… el imperio babilónico, el Imperio Romano, Judea… la dinastía omeya, los cruzados, el imperio turco, los mamelucos… la historia de Palestina en la antigüedad está llena de episodios de convivencia y confrontación, como la de cualquier parte del mundo, como la de la propia Andalucía. Y como la propia Andalucía, bañada por los flujos que a lo largo de la historia se han producido en este continente acuático, el Mare Nostrum, el Mediterráneo.

Es imposible recorrer en este breve espacio los episodios de la historia de Palestina, pero es altamente recomendable, en especial la historia del último siglo, para quien quiera, de verdad, conocer los orígenes de la pesadilla que desde hace casi 70 años vive este pueblo.

Su ubicación geográfica de frontera entre grandes potencias (Egipto, Imperio otomano, Siria) y la proximidad a la Europa colonialista, ha hecho de Palestina una tierra en la que se han librado confrontaciones entre potencias.

Pero lo vivido a partir de la creación de 1948, va mucho más allá.

En 1897 se funda en Basilea, Suiza, la Organización Sionista Mundial que declara el propósito de establecer patria para los judíos. Un grupo postulaba Argentina o Uganda y otro grupo postula  Palestina. El conflicto actual nace ahí, hace más de 100 años. En los últimos años del siglo XIX ya se producen las primeras creaciones de colonias sionistas, que en un principio parecieron inofensivas para la población palestina.

Cuando estalla la primera guerra mundial dos grandes bloques luchan por el dominio colonial: el eje central (Turquía-Alemania-Imperio Austro-húngaro) y el eje aliado (Francia-Gran Bretaña-Rusia Estados Unidos).

Durante la guerra tres importantes resoluciones al respecto del Oriente Medio, incompatibles entre sí,fueron acordadas configurando el futuro conflicto. Estas resoluciones están en el origen de la tragedia que castiga hasta hoy a esta región del mundo:

El acuerdo de 1915 entre Hussein (autoridad política y religiosa de la península arábiga) y McMahon, alto comisario británico en el Cairo, prometía a los árabes su independencia nacional después de la guerra, si apoyaban a las Fuerzas Aliadas en contra de los turcos. Recordamos la historia de Laurence de Arabia, ese héroe británico, y cinematográfico, que acompaña la revuelta de los árabes.

El segundo acuerdo en 1916 entre Sykes, ministro de exteriores británico, y Picot, contraparte francesa, se repartía a los países árabes o provincias árabes del Imperio Otomano entre el Reino Unido, Francia y Rusia. Palestina sería internacionalizada. Este acuerdo fue secreto hasta que Rusia lo desveló en 1947.

Por último y más transcendente para el futuro, la Declaración de James Balfour en 1917, otro ministro de asuntos exteriores británico, prometiendo un botín al sionismo, el hogar judío en Palestina, supuestamente “sin perjudicar los derechos de las otras comunidades no judías”. Los palestinos, más del 90% de la población, pasaban a ser “otras comunidades no judías”.

Desde entonces, y tras la 2ª guerra mundial, la decisión internacional arropada por las potencias coloniales europeas, de instalar el estado judío en estas tierras (1948), ha traído grandes calamidades, y la gestión de esta cuestión se ha convertido en la mayor vergüenza del orden mundial.

El conocido “holocausto” que sufrió el pueblo judío víctima del nazismo, no justifica de ninguna manera el desarrollo de los acontecimientos en la región.

En 1968, como resultado de la conocida Guerra de los Seis Dias” árabe-israelí, Israel ocupó toda Palestina (Cisjordania, Gaza y la región restante de Jerusalén), además de los territorios árabes del Sinaí y las Alturas del Golán. La guerra ocasiona otro gran éxodo de Palestinos.

Guerras sucesivas, anteriores y posteriores a 1967, han tenido como resultado la pérdida de derechos y territorio por parte del pueblo palestino, muerte, éxodo, y frustración, y la expansión del dominio israelí siempre por encima de los acuerdos internacionales.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas discute una vez más en estos días, si no ha discutido ya cuando lea estás líneas, una propuesta que pida un plazo límite en noviembre de 2017 para el establecimiento de dos estados basados en las fronteras que existían antes de la Guerra de los Seis Días en 1967.

España ha entrado a formar parte del nuevo Consejo de Seguridad. Varios países europeos han comenzado a reconocer en sus parlamentos el derecho al Estado Palestino.

Saeb Erekat, jefe de las negociaciones de paz por la parte palestina desde mediados de la década de los 90, ha dicho que hay buenas señales y que espera que 2015 sea el año en que Europa reconozca a Palestina.

Ojala que así sea y, sobre todo, que la paz vuelva a la región por muchos años.

Pero también la historia nos enseña que episodios del pasado pueden ser repetidos con formatos parecidos, y un acuerdo como Sykes- Picot, con otras potencias protagonistas, con mayor peso hoy, puede estar en la trastienda.

Desde aquí, desde este lado, nos toca aportar nuestro granito de arena, apreciado y querido como una montaña de corazones solidarios a favor de la paz para Palestina, y para Israel, con justicia.

Este número especial de “Andalucía Solidaria” aporta argumentos para fortalecer este compromiso.

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