La Tercera Guerra contra Gaza refuerza la Unidad Palestina y abre nuevas vías de acciones estratégicas palestinas

Dr. Jehad Kamel Suleiman Rashid, presidente de ASECOP

El pasado 9 de octubre se trasladó el Gobierno de unidad nacional Palestino a Gaza, con todos sus ministros, para realizar una sesión de trabajo, y sería la primera vez después de muchos años de divisiones internas. Divisiones que le permitieron a Israel consolidar su expansión  sobre los territorios palestinos de Cisjordania, aprovechando el vacío de unidad Palestina y la pasividad internacional. En los últimos meses los grupos palestinos han alcanzado acuerdos entre los que destacan la formación de un gobierno de unidad nacional que represente a todo el pueblo palestino y defienda la unidad territorial del Estado palestino, con Gaza y Cisjordania. Este hecho ha molestado e incomodado al Estado israelí, especialmente a las fuerzas políticas dominantes de la ultraderecha en Israel y a sus aliados occidentales.

La reacción israelí se debe a la excelente acogida que recibió la reconciliación nacional entre  los palestinos y la comunidad internacional. Este hecho les ha creado importantes dificultades  para seguir con sus planes de expansión territorial y su sensación de impunidad ha comenzado a desaparecer.

Esta postura política realista permite a los palestinos acercarse a una paz justa, hecho que nunca se hubiese alcanzado en una posición de fragilidad y división, que es justamente lo que pretende Israel. El que no se llegara a ningún acuerdo de paz desde la primera Nakba de 1948 viene demostrando que Israel no ha pretendido nunca reconocer el derecho a la creación del Estado palestino.

Ante este escenario político respondió Israel, contando con el apoyo de EEUU, exigiendo la ruptura de nuevo entre Alfatah y Hamas. La negativa palestina a acceder a tales exigencias  irritó notablemente a israelíes y norteamericanos que aprovecharon el secuestro y asesinato de los tres jóvenes colonos para lanzar la Tercera Guerra contra Gaza en el mes de junio. En los 50 días que ha durado, los resultados han sido dramáticos para la población y para el mundo libre, después de ver como Israel realizaba sus ataques con total impunidad contra la  población civil en nombre de la “defensa propia”. El Estado israelí es una potencia militar que ocupa ilegalmente un territorio que no es el suyo desde hace cinco décadas, territorio, el palestino, a quién el derecho internacional sí le otorga el derecho a utilizar todos los medios a  su alcance para lograr su libertad.

Israel lanzó contra Gaza su tercera guerra contra una población casi desarmada y donde las fuerzas de resistencia palestina nunca han supuesto una amenaza seria contra la seguridad del estado israelí.

Pero, ¿por qué Israel cumplió su amenaza atacando a los palestinos en Gaza? ¿Qué objetivos se marcaba y por qué no los ha alcanzado? ¿Por qué aceptó el alto el fuego propuesto por Egipto? ¿Qué consiguió el Estado israelí de esta guerra?, ¿Qué ha supuesto para los palestinos  tan devastadora y dramática guerra?

La política israelí se ha basado en la disuasión bélica y la violencia para vencer los obstáculos que enfrenta su política y en su última guerra, el establishment israelí, pensaba que era el momento más oportuno para tomar la iniciativa militar contra los palestinos. Los objetivos que marcó Israel eran máximos: la destrucción de toda la infraestructura militar de la resistencia palestina, la demolición de todos los túneles subterráneos, la eliminación física de los dirigentes palestinos y acabar con toda la infraestructura civil, para terminar ocupando la Franja. De esta forma, después de más de 20 años de fracasadas negociaciones ganarían un  tiempo adicional que les permitiría fortalecer la ocupación y continuar con su política de construcción de asentamientos haciendo totalmente inviable cualquier plan para un futuro estado Palestino.

Pero Israel ha fallado en casi todos sus planes y no ha conseguido los objetivos que se había marcado. No tenían información exacta de la preparación de las milicias palestinas y no han podido avanzar en el territorio, ni destruir todos los túneles y se sorprendieron con la alta capacidad militar de la resistencia que provocaron varias decenas de bajas entre las tropas atacantes.

Israel no ha conseguido sus objetivos ni militares, ni políticos. Más bien al contrario, este ataque a Gaza solo le ha reportado más aislamiento internacional y las críticas severas de muchos países que, hasta ese momento, le apoyaban.

Ante esta situación, a Israel no le quedaba otra alternativa que aceptar el plan de alto el fuego propuesto por Egipto para frenar la crisis política que podía afectar el futuro político de Netanyaho. De esta forma, Israel pretendía ganar tiempo firmando unos acuerdos que no pretenden cumplir e iniciar nuevamente el chantaje político con el que venían sometiendo a los palestinos. Por este mismo motivo han protestado enérgicamente  contra el discurso que el presidente Abu Mazen, como único portavoz de todos los palestinos,  dirigió a la Asamblea General de Naciones Unidas pidiendo el reconocimiento del Estado palestino como miembro de pleno derecho y exigiendo el final de la ocupación israelí de todos los territorios palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza antes que finalice el año 2016. Sin perder el objetivo en el proceso negociador, la ANP ha defendido ante este organismo internacional su derecho a utilizar otras vías para reivindicar y conseguir las aspiraciones nacionales del pueblo palestino. Abu Mazen es consciente de que la unidad es un hecho irreversible porque lo exige el pueblo palestino, y de que tiene más apoyo internacional y que es mayoritario en NU gracias a la postura favorable de América Latina, de los no Alineados y de otros muchos países para los que esta guerra ha marcado un antes y un después.

Es cierto que el sacrificio del Pueblo Palestino en esta guerra ha sido muy grande en número de bajas civiles y por una devastadora destrucción de la que no se salvaron ni edificios, ni escuelas, ni mezquitas, ni iglesias. Pero las derrotas y las victorias de los pueblos no se miden por los sacrificios de los mismos y es por esto que el pueblo palestino ha sabido administrar sus recursos y conseguir una importante victoria en esta sucia guerra de aniquilación. Pero, como siempre, es importante recordar que aparecen nuevos retos para los palestinos, especialmente impedir que Israel convierta su derrota en victoria volviendo a la dinámica anterior de dilatar la situación e intentar eludir los tribunales internacionales por todos los crímenes de guerra cometidos. Es un momento favorable para que los palestinos reaccionen  con decisiones políticas diferentes como reconstruir Gaza, aumentar la presión política para conseguir el reconocimiento del Estado palestino por los países europeos, denunciar la política de veto Norteamericano y, por último, crear un bloque Árabe activo a favor de la aplicación de todas las resoluciones de NU relacionadas con la ocupación de Palestina. Esta es la única alternativa de lucha para defender con garantías los derechos del Pueblo Palestino.

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