Shomali: «Todavía hay esperanza, aún en Gaza»

 

William Shomali - Obispo de Jerusalén 1

Museo de Arte de Tel Aviv. 14 de mayo de 1948. David Ben-Gurión, el entonces Primer Ministro de Israel, lee la Declaración de la Independencia de Israel,  coincidiendo con la finalización legal del Mandato Británico de Palestina. La fecha para la expiración de dicho mandato, el día 15, coincidía con el sabbat, el día sagrado de la semana judía. Por ello, decidieron adelantar la ceremonia oficial a las cuatro de la tarde del viernes 14. Dos años después de un acontecimiento que cambió la historia, nace en Beit-Sahour, Palestina, William Hanna Shomali, el que sería consagrado, 60 años después, tercer obispo palestino de la historia.

Pregunta: ¿Qué significa para usted la palabra paz?

William Shomali: “Paz significa entendimiento, paz significa reconciliación, paz significa buenas relaciones entre dos vecinos, paz significa felicidad…”

P: Imagino que no es fácil hablar de paz cuando estás entre dos oponentes…

W.S.: “No es fácil hablar de paz en Tierra Santa porque hay una profunda falta de entendimiento ideológico entre dos pueblos y no tienen una plataforma común. Israelíes y palestinos necesitan fuertes mediadores, que puedan entender a las dos partes, y a veces, hacer presión sobre los dos”.

P: ¿Piensa que el significado es el mismo para las dos partes?

W.S.: “Debería ser, debería ser… porque la paz no puede obtenerse para uno sin el otro. Es una relación, por ello, la paz debería ser disfrutada por los dos. Si yo tengo paz y mi enemigo no tiene paz, yo no tengo paz. Porque estoy amenazado por esa parte que siente inseguridad. La paz es una relación entre dos y los dos deberían disfrutar ese mismo valor”.

P: ¿La religión es una de las causas del conflicto?

W.S.: “En este conflicto, la religión es un componente, porque israelíes y judíos fundaron su reivindicación de acuerdo con la Biblia. Y todos ellos quieren la antigua Palestina para ellos. En este sentido, hay un fundamento ‘bíblico’ para su reivindicación en la Biblia. Eso es lo que ellos piensan. Esto complica el asunto porque si fuera solo una cuestión política, Naciones Unidas podría resolverlo. Pero una vez que se convierte en una cuestión religiosa, no hay ninguna alta autoridad en el mundo que pueda resolverlo. Esta es una parte. Pero también creo que hay gente religiosa que puede ser parte de la solución. Me gustaría mencionar la última visita del Papa Francisco a Tierra Santa. Él trató de convencer a los dos de que la paz es posible. Fue a Yad Vashem[1] y a Belén… en estos lugares dijo: “la paz es posible”.

P: ¿Cree que es posible alcanzar la paz sin un diálogo entre ambas partes?

W.S.: “El diálogo es inevitable. Debería producirse, pero debería ser un diálogo real, con interacción entre los dos. Pero hasta el momento, todas las negociaciones se están manteniendo en los círculos tradicionales, donde se mantienen los mismos. No salimos del círculo vicioso. Para salir de él, necesitamos ampliar la ayuda. En mi opinión, la mediación europea es muy importante, junto a la mediación americana”.

P: ¿Se puede hablar de perdón en un contexto de violencia?

W.S.: Deberíamos hablar de perdón enérgicamente. Después de la II Guerra Mundial donde murieron 40 millones de personas, los países europeos como Francia y Alemania pudieron perdonar y olvidar, y por esta razón, fueron capaces de fundar y crear la comunidad europea. Porque perdonaron y olvidaron. No podemos vivir en el pasado, tenemos que vivir en el futuro y aquí, la religión puede ayudar porque el valor del ‘perdón’ es muy fuerte en todas las religiones. En la Biblia, en el Evangelio y en el Corán, estos valores pueden reforzarse. Así es que aquí la religión es necesaria, como un nuevo componente para la paz”.

P: El FAMSI trabaja para implementar valores como la paz, a través de la cooperación. ¿Cómo puede contribuir el pueblo andaluz a impulsar la paz?

W.S.: “Hay dos modos de ayudar. Una inmediata que es enviar todo lo que ahora necesita la gente pobre de Gaza y las víctimas de la última oleada de violencia. Esta es una ayuda a corto plazo. Y ahora Gaza requiere un periodo de reconstrucción, la gente necesita casas porque sus casas fueron destrozadas, necesitan alimentos y agua… pero a un plazo más largo, necesitamos más. Necesitamos paz. Y por esa razón, necesitamos apoyo, necesitamos presión. Es decir, a corto plazo y a largo plazo, necesitamos ayuda para resolver el problema de Palestina”.

P: ¿Y las autoridades locales andaluzas?

W.S.: “Andalucía tiene ocho millones y medio de habitantes. Sus políticos representan a ocho millones de personas. Es la región más grande de España, lo que significa que debería ser la más fuerte. Esto significa que puede delinear, cooperar en el diseño de las políticas, de alguna manera. Creo que pueden hacer mucho, pueden hacer muchísimo… son una mayoría que puede tener peso, marcar la diferencia en la actitud del país hacia el conflicto entre Israel y Palestina”.

P: ¿Qué relevancia tienen eventos como este, de apoyo a Palestina, desde Andalucía?

W.S.: “Están promoviendo ayuda inmediata a la población de Palestina, y a largo plazo, estas jornadas, como la de ASECOP y la Junta de Andalucía, están prestando su apoyo, y realizando una tarea de sensibilización y concienciación en Andalucía y en España. En definitiva, el apoyo con los proyectos, y todo esto unido, es un elemento muy importante”.

P: ¿Ha perdido la población de Palestina la esperanza?

W.S: “Creo que no… todavía hay esperanza, aún en Gaza. Visité Gaza hace poco y encontré que la gente que acaba de salir de la guerra, tiene aún esperanza, porque la situación podría mejorar. Por esta razón, pueden sobrevivir. La esperanza puede crecer o disminuir, pero aún hay esperanza. Y ellos piensan que un día, puede haber una sorpresa… Le pondré el ejemplo del Muro de Berlín. Cuando cayó el Muro de Berlín, fue… impredecible… nadie en Alemania pensó, el día antes, que este muro caería. No oímos hablar más del Muro de Berlín durante cuarenta años. Hay mucha, mucha gente, dentro de Israel, dentro de Palestina y también en el mundo, trabajando por la paz. Es por estos millones de personas que un día se podría producir… nunca deberíamos perder la esperanza porque un día llegará… quizás haga falta más tiempo, pero llegará”.

P: ¿Se imagina ese momento?

W.S.: “Sí. Si recuerda el pasado mes de Junio, cuando hubo un encuentro de oración en el Vaticano, los tres, el Papa Francisco, Peres y Abbas, plantaron un olivo. Es un pequeño olivo. Sabemos que un olivo tarda seis años en producir frutos. Quiero decir… cuando plantas un olivo hay esperanza, incluso si tarda en producir. Sabemos que ese árbol que plantaron, dará fruto. Del mismo modo que puedo esperar que este olivo produzca frutos, espero que nuestra tierra produzca paz”.

Texto: Ana Rioja

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