Omar, una historia real de la ocupación y la traición en la Palestina actual

abu assad

“Lo que intento hacer en mis cintas es que la gente se prenda de los personajes y la historia y, en último término, que se haga más preguntas, más que yo responderlas y darles un mensaje”. Antes de la filmación de su reciente película, el director confiesa en este artículo haberse sentido paranoico porque pensaba su equipo había sido infiltrado por la inteligencia militar.

El film relata la historia de un joven palestino que junto a unos amigos organiza un atentado contra un puesto de vigilancia, mientras está enamorada de Nadja, la hermana de uno de ellos. Detenido por la acción, es liberado a cambio de convertirse en informante.

Este año el film fue candidato al Oscar a la Mejor Película Extranjera, una nominación que el realizador ya había tenido antes con “Paradise now” en 2006. Ambos son éxitos muy importantes para la incipiente industria cinematográfica palestina, según el realizador.

“Logramos éxito en hacer una película mayormente financiada por palestinos. Todos los miembros del equipo eran palestinos. Y la mayor parte del marketing y la promoción fueron hechos por palestinos. Tener éxito es clave para el avance de la producción fílmica en Palestina”, destaca.

Paranoia

La idea de “Omar” surgió precisamente durante la filmación de “Paradise now”. “Me había vuelto muy paranoico, y pensaba que en mi equipo había un espía de la inteligencia militar”, recuerda el realizador. “Para mí, posteriormente esa sensación  de paranoia era un tema de conversación muy interesante, y quise crear una historia para expresar esta sensación”.

En aquel tiempo el director además escuchó la historia de un amigo, que fue interrogado y presionado a convertirse en informante, usando secretos suyos como arma de presión. “Lo amenazaron con revelar algunos de esos secretos si no colaboraba”. El final surgió a partir de una noticia que leyó en el diario.

“En resumen, mi propia experiencia, la experiencia de otros y cosas que leí en el diario me ayudaron a escribir una historia de amor dramática que habla a una audiencia universal”, señala.

Esta vez la filmación, que se realizó en Nazareth, la ciudad natal del director, fue menos complicada que con “Paradise now”. “En el pasado tuve problemas con las autoridades de ocupación. Creo que esta vez decidieron dejarme trabajar en paz por una razón muy simple: todos los periodistas del mundo iban a preguntarme este tema y ahora no tendría historias personales negativas para contar sobre la ocupación. Espero que sigan siendo inteligentes”.

Juventud y Traición

Una cosa que se repite en ambas películas es la idea de gente joven preparando una acción contra la ocupación. ¿Por qué el cineasta volvió a centrarse en esta idea?

“La gente joven es muy vulnerable al tomar decisión sobre qué hacer en caso de luchar contra la injusticia”, responde. “En mi país, la gente está expuesta cada día a esta cuestión, y parte de mi responsabilidad como cineasta es crear un diálogo que ayude a la gente joven a tomar la decisión correcta. No la decisión correcta según yo, sino de acuerdo a su propia experiencia, conocimiento y capacidad”.

El tema de la traición también es otro tópico presente tanto en “Paradise now” como en “Omar”.

“El colaboracionismo es uno de los mayores crímenes que una ocupación puede hacer a los seres humanos”, reflexiona el cineasta. “Abusan del poder para hacer que la gente se vuelva contra sí misma. Este crimen no está representado de manera equitativa en nuestra lucha. Intento realizar este balance en mis películas”.

Otra cosa que llama la atención de la cinta es que Omar y sus amigos deciden luchar por su cuenta y no integrar ninguna de las organizaciones palestinas existentes, como Hamas o la OLP.

Y eso no es casual, “porque es una historia de amor, y no sobre la organización real. La ocupación se acabará tarde o temprano, y no quieres que tu historia de amor muera con la ocupación. Por eso escribí una historia de amor universal, donde las facciones actuales no son necesariamente importantes para la sobrevivencia del film”.

Un amor imposible

Una historia donde, entre otros, Omar es capaz de escalar el enorme muro de cemento que separa Israel de los territorios ocupados, para llegar a su amor. Un muro que, en palabras del director, “es la visualización del obstáculo externo a la historia de amor”.

¿Cómo sería el romance de Omar y Nadja en un país normal? “Omar y Nadja es una historia de amor universal bajo condiciones extremas. En un país diferente, habría que definir circunstancias extremas diferentes”, responde el cineasta.

Y aunque el realizador cree que es posible tener una historia de amor normal en la Palestina actual, recalca que “la ocupación afecta la vida diaria de todos, y como artista eso puede eludirse en tu trabajo, pero tu responsabilidad es no hacerlo”.

“No creo que los palestinos puedan tener una vida normal bajo la ocupación. No existe. La opción es aceptarlo y no hacer nada o combatirla”, agrega.

-¿Si la cinta tuviera un mensaje, ¿cuál sería?

-Usualmente dejo los mensajes al cartero. Pero lo que intento hacer en mis cintas es que la gente se prenda de los personajes y la historia y, en último término, que se haga más preguntas, más que yo responderlas y darles un mensaje.

Fuente: El Mostrador. Marco Fajardo

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